David y yo nos conocemos desde hace muchos años. En concreto, todo empezó en el lejano 2001 (el de la odisea espacial). En ese momento, David trabajaba como ingeniero de I + D en una conocida empresa española de encofrados y andamios. Fui fichaje del mundo de la telefonía móvil, donde ayudé a desarrollar las primeras antenas 3G españolas.

Previamente y en paralelo a mi formación como ingeniero, estuve muchos años colaborando en un centro adscrito a la Universidad Politécnica de Barcelona (el CDEI). Allí me encargué de la simulación numérica por finitos de elementos resistentes. Fruto de esos años, gracias a la destacada actuación del Dr. Riba, nació mi pasión por la mecánica y el deseo de poder desarrollar proyectos apasionantes por mi cuenta.

Así es como inicié una larga y estrecha colaboración con David que podría calificarse de fructífera. La empresa que nos contrató obtuvo decenas de patentes que aún hoy están vigentes y nos permitieron conocer cada día más sobre nuestro oficio. Cuando me refiero al oficio, quiero destacar las habilidades y conocimientos técnicos, y todo lo relacionado con el logro de un buen desempeño en la profesión.

Uno de los puntos más imprescindibles, por citar algunos, sería el conocimiento de proveedores y colaboradores en los que confiar (porque no nos engañemos, sin un equipo sólido y bien emparejado es imposible llegar a buen puerto).

Pasaron los años, y cada vez nuestra función dentro de la empresa comenzó a ocupar aspectos más amplios del servicio. Estábamos a cargo de estar en los comités reguladores del sector, atender a los clientes, explorar nuevos mercados exteriores … Empezaba el momento de diseñar un plan más amplio para nuestras ambiciones.

Es difícil poner una fecha al comienzo de Birkigt. Hacia 2006, personas cercanas a nosotros comenzaron a hacernos encargos personales, resultado de una buena reputación en el desempeño de nuestra profesión. Se cumplieron las expectativas y esta comenzó a convertirse en una ocupación que nos gustó mucho y que vimos posibilidades de crecer en cuanto pudimos asumir proyectos más grandes.

Cuando comenzó la crisis de 2007, y debido al sector al que nos dedicábamos, nuestro volumen de trabajo y diversión se desplomó. Era el momento de buscar alternativas al aburrimiento y la falta de incentivos profesionales. Birkigt partió.

La excelente relación con la empresa en la que habíamos trabajado durante tantos años nos permitió seguir colaborando con ellos, a tiempo parcial, en el desarrollo de sus productos. Pasamos los siguientes años diseñando grandes estructuras móviles para encofrados especiales y comenzando a crear la cartera de productos esencial de Birkigt, esperando que a nuestros clientes les gusten tanto como a nosotros. Una vez decidido todo esto, constituimos legalmente la empresa en 2010.